La ruta fonológica es la primera
que habitualmente se habilita en la lectura. Se reconoce porque los niños que
leen por esta ruta silabean en la lectura oral. Esta ruta, aunque es menos
eficaz, por ser más lenta y requiere más recurso cognitivo, es imprescindible
para leer palabras desconocidas o menos frecuentes.
Esta estrategia pretende sugerir algunos
tipos de actividades específicas para mejorar los dos procesos fundamentales
implicados la capacidad de segmentación de las palabras en grafemas y la
capacidad para convertir los grafemas en fonemas.
Los ejercicios propuestos son los
siguientes:
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Seleccionar un libro adecuado para la edad del
niño/a y escoger un texto de una extensión de unas 50 palabras. Luego pedirle
al niño/a que lea todas las palabras separando en sílabas, no en palabras
completas.
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Tomar un texto de unas 30 palabras que se ha
escrito sin hacer pausas y se pide que lo lea tal cual y como está, y después
que lo lea parándose en cada pausa (que nove escrita).
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Escoger un texto de unas 15 palabras escritas
sin pausa. El niño lo deberá leer haciendo las pausas primero en palabras y
después en silabas.
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Jugar a palabras encadenadas
-
Construir palabras con un conjunto de letras mediante
un abecedario móvil.
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Con las letras de una palabra dada tratar de
escribir otras palabras aunque sobren letras.
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Escribir un texto donde se han omitido alguna
letra de varias palabras, cambiar el orden de alguna letra o silaba dentro de
una palabra o añadir. Luego solicitarle al niño/a que busque los errores del
texto.
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Juego del “scrabble”.
Nota: Estas actividades deben
adaptarse a las características de cada niño/a, de manera que no resulten ni demasiado
fáciles ni demasiado difíciles. Un mecanismo motivador muy útil consiste en
reforzar con frecuencia reconocimiento de que lo ha hecho bien y destacando los
éxitos conseguidos.
La mejoría de la ruta fonológica depende
de la continuidad.